Empatía "Sexualidad y Roles" | Marta González
- Pamela Villalobos
- 12 jul 2021
- 7 Min. de lectura
Primatología: Su atención se centra en las semejanzas fisiológicas entre estos y los homínidos y humanos, así como en definir que tanto de su comportamiento es aprendido o bien esta genéricamente determinado.


Los homínidos (Hominidae) son una familia de primates hominoideos, que incluyen 4 géneros y 8 especies vivientes, entre las cuales se hallan los humanos, orangutanes, gorilas, chimpancés y bonobos .

Cultura Animal, a comienzos de los años cincuenta se propuso un cambio de perspectiva al sugerir una nueva definición de cultura como “transmisión no hereditaria de hábitos”. Ese planeamiento pudo ser respaldado gracias a la observación del lavado de los boniatos por los macacos de la isla Koshima, en esa época se marca un hito en la primatología y la etología moderna. Se observo que una hembra juvenil inicia la costumbre al acercarse a la playa y quitar la tierra adherida a los boniatos (camotes), que forman parte de su dieta. Por observación imitaron su comportamiento su madre y otros familiares. La costumbre se extendió y pasados diez años la población entera de macacos de la isla habían adoptado tan particular costumbre. Kinji Imanishi, fue uno de los mayores primatólogos del siglo XX, fue uno de los pioneros de esta nueva visión ecológica.


“La buena ciencia requiere algo más que una sólida colección de datos, también es necesario que el grupo de científicos encargado de interpretar los datos y las cifras sea variado. En esta esclarecedora charla, la psicóloga Marta González revela cómo la falta de mujeres biólogas en primatología condujo a una visión androcéntrica y a una comprensión bastante incorrecta del comportamiento de los primates. La psicóloga sugiere que quizás el valor más importante de la objetividad científica sea la variedad entre sus practicantes.” TED Español (Tecnología, Entretenimiento, Diseño)
“Erase una vez una bella princesa, dormida por la maldición de una bruja vengativa, salvada por un apuesto príncipe, por el que cae rendida a sus pies.
En las antípodas de estos relatos imaginarios, encontramos las elaboraciones de la ciencia. Los cuentos son el mundo de la fantasía y la ciencia el mundo de los hechos, sin embargo el cuento de la bella durmiente, se coló en la representación científica de la fecundación sexual..."
El ovulo yace inerte hasta que el mas intrépido y veloz de los espermatozoides, consigue llegar primero, atraviesa su muro y lo activa para dar comienzo a una nueva vida. Ideas culturales de lo masculino y femenino, lo que hizo fue obstaculizar la investigación sobre los mecanismos activos que tiene el ovulo para captar a los espermatozoides y también, sobre los procesos de capacitación que el espermatozoide experimenta una vez que está dentro del tracto genital femenino.
La ciencia nos proporciona el conocimiento más fiable que tenemos, que los humanos hemos desarrollado sobre el mundo que habitamos, pero la ciencia lo que no puede hacer, es ofrecernos verdades que sean simples e inapelables.

"Un buen ejemplo lo presenta hoy en día, la Primatología, Orangutanes, Babuinos, Chimpancés, descubrir su mundo..., a menudo lo que se buscaba era encontrar claves para entender el comportamiento de los primeros homínidos, un patrón primate que nos ayudara en definitiva a conocernos mejor nosotros mismos.

(Richard) Leakey, a mediados del siglo XX, pensaba además que las mujeres seriamos mejores primatólogas, porque tenemos mayor capacidad para la empatía. Las pioneras primatólogas cuando van a las selvas, las Savannah, los bosques, observan a los primates..., la imagen que vieron se parecía mucho a la de los personajes estereotipados de los cuentos. Los machos eran tarzanes que lo que hacían eran conseguir comida para el grupo, defenderles de los ataque externos y competían entre ellos por los favores de las hembras, y ellas eran criaturas maternales dedicadas básicamente a la crianza y disponibles sexualmente para los machos.

La apreciación de ellas, nos ofrece una imagen muchísimo más compleja de las hembras, los machos y las relaciones entre ellos, que estos estereotipos de príncipes valientes y princesas desvalidas de los cuentos. Y al volver más compleja la imagen que tenemos de los primates, va perdiendo sentido esa idea de mirarnos en ellos como un espejo, porque ahora cada primate, cada individuo, incluida la especie humana, es única y tiene valor propio.

Jane Goodall, no solamente descubrió que los chimpancés como especie eran capaces de usar instrumentos como piedras para abrir frutos secos o ramitas para meterlas en un termitero y comerse las termitas, o que eran capaces de transmitir cultura. También revelo que los comportamientos agresivos de los machos no significaba que eran la autoridad, porque la chimpancé de un modo más sutil, era capaz de ocupar un papel relevante en la organización social y además transmitía a sus hijas ese status alto que poseía en la sociedad. Fue capaz de ver lo que otros no habían visto antes, porque entendió que cada miembro era un individuo interesante por sí mismo y que las hembras no eran simplemente un recurso más en unas sociedades dirigidas por los machos.


Las primatólogas nos ofrecieron una descripción más acertada sobre los comportamientos de las hembras, cazaban, buscaban activamente parejas sexuales, luchaban por mantener sus jerarquías dentro del grupo, podían cometer infanticidio con las crías de otras hembras. Cuando solamente miramos lo que salta a la vista, a menudo nos podemos perder lo más interesante. Lo que vieron los primeros primatólogos en primer plano fueron las peleas y reyertas de los machos, entonces en el mundo de la guerra fría, elaboraron una narrativa de acuerdo con la cual la vida de los babuinos dependía de la estructura jerárquica de sus machos, individuos terriblemente agresivos, competían por las hembras y actuaban como tropa disciplinada cuando se trataba de proteger al grupo de un ataque de un enemigo.

Pero lo que vieron las primatólogas, tenía poco que ver con esa imagen militarizada, vio que los machos no eran tan agresivos, que las hembras no estaban simplemente sentadas esperando que llegue su príncipe azul. Que era las relaciones de ellas lo que estructuraba la organización del grupo y que estaban súper ocupadas, consiguiendo comida para sus retoños o cultivando las amistades que le iban a ser favorables para ayudar en el futuro a su prole.
Montar esta nueva imagen requería ver el segundo plano...

El modelo militar se fue desmontando, la idea de que los machos dominantes tienen un acceso prioritario a las hembras y que por tanto hay más crías del grupo suyas. Se descubrió que las hembras apreciaban la cualidad de la discreción al momento de elegir con quien aparearse. Montar esta nueva imagen requería ver el segundo plano, protocolos de observación que aseguraran que cada miembro del grupo iba a ser observado, y no solamente aquellos más ruidosos o que llamaran más la atención. Precisamente la vida sexual de las primates es un gran ejemplo de la fuerza que tienen las creencias para dirigir nuestras observaciones y su interpretación.

Esta imagen contrasta con la explicación tradicional.
Durante mucho tiempo la idea tradicional era que la iniciativa sexual era un aspecto de los machos, y las hembras se dudaba acerca de si disfrutaban con el sexo y si tenían incluso orgasmos, cuando nunca se discutió si los machos tenían orgasmos. Según Sarah Hardy, para las primates el sexo no era solo importante por su papel en la reproducción sino también es placer y estrategia, porque las incentiva a tener relaciones con muchos machos y esta ventaja es por la preservación de sus crías, porque a menudo los machos matan a las crías que no son suyas para que las hembras que están amamantando entren de nuevo en celo.
Esta imagen contrasta con la explicación tradicional de porque las hembras humanas tenemos orgasmos, lo que se decía era porque esto refuerza el vínculo monógamo en la pareja, de tal modo que las mujeres ofrecemos acceso ilimitado al sexo y ellos a cambio nos proporcionan cuidar a nuestras hijas. Estas transformaciones que las primatólogas introdujeron en los métodos y las teorías científicas, nos demuestran que el punto de vista es realmente importante, ellas con su perspectiva parcial lo que hacen es mostrarnos, que la perspectiva dominante que había sido la masculina, es parcial.
Esto ocurre también en la paleo antropología donde por mucho tiempo la hipótesis dominante fue la del hombre cazador, la idea de que los humanos somos lo que somos porque los hombres del pasado iban a cazar, y por eso hemos desarrollado el lenguaje, el uso de instrumentos, el bipedismo inclusive. Paleo antropólogas muestran el sesgo de la hipótesis del hombre cazador proponiendo la de la mujer recolectora, somos lo que somos porque las mujeres del pasado criaban y recolectaban, teoría respaldada por la evidencia empírica, pero no fue aceptada por la comunidad científica, por su evidente parcialidad.
Lo que hizo poner de manifiesto que la perspectiva que había sido dominante era también una perspectiva parcial, una parcialidad que había estado oculta.

En todas las disciplinas, encontramos ejemplos a través de los cuales las científicas nos demuestran que los estereotipos de género tienen una grandísima fuerza para definir aquello que aceptamos como verdadero. También en la medicina, se muestra esta ceguera de género, la idea de que el varón es el individuo universal de la especie humana, obstaculizo por mucho tiempo la investigación sobre las peculiaridades en la enfermedad cardiovascular de las mujeres, excluidas de los ensayos clínicos porque somos sujetos inestables, todo el conocimiento sobre el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad coronaria se montó sobre datos obtenidos de los varones, cuando la epidemiologia nos dice que la enfermedad coronaria es una causa importante de muerte en las mujeres.
Aunque quizás sea mejor decir que la causa fue más bien la ignorancia, acerca de la sintomatología específica, los factores de riesgo, la eficacia del tratamiento en mujeres. Lo que se decide ignorar es tan importante como lo que se decide conocer en la ciencia. Estas decisiones lxs científicxs las toman condicionados por sus propias situaciones parciales, que condicionan las preguntas que se formulan, los métodos utilizados, los datos relevantes, las preguntas aceptadas, tendemos a ver y escuchar aquello que mejor encaja con lo que creemos saber o con lo que sabemos y por eso estos ejemplos nos muestran que la perspectiva y el punto de vista es muy importante.

La perspectiva de las mujeres no es más objetiva que la de los hombres, pero si contribuye a dar una mayor objetividad al poner de manifiesto aquello que había estado oculto. El valor más importante para la objetividad científica es el de la PLURALIDAD, porque una ciencia más plural está mejor preparada para identificar aquellos puntos ciegos provocados por una única perspectiva parcial dominante, entonces será una ciencia más robusta.”

Imagen de la Sociedad Brasilera de Primatología
CRÉDITOS.-
Medio: Creative Commons. Ted Ideas worth spreading. New TEDTALKS everyday at www.TED.com
Entrevistado: Marta Gonzales
Fecha: Madrid 2014
https://concienciaenaccion.wixsite.com/misitio/post/sexualidad-y-roles
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